Tuesday, October 31, 2006

Lectura

Ícaro descansa, por unas horas al menos. El Gato Negro administra temporalmente este espacio.

* * *

1) Después de los terribles sexenios de Salinas y Zedillo, ambos marcados por numerosos sucesos de brutal represión (de baja intensidad en el caso del pelón, a niveles mediáticos en el caso del Dr.), muchos creyeron que el pretendido gobierno del cambio trataría de vender la imagen de una democracia que operaba bajo estándares liberales (pese a sus conservadurismos) y que las épocas de la feroz represión desde el gobierno federal quedarían superadas. Los necios de siempre, trataron de advertir que el ejercicio de la represión es inherente a todo Estado (incluyendo las modernas democracias primermundistas) y que en el caso de México, la transición era una simulación pactada desde hace mucho tiempo por las fuerzas más obscuras del aparato político mexico-norteamericano. Aunque los hechos de los últimos días en Oaxaca parecen conceder la razón a los necios, lo cierto es que el asesinato y la persecución política han sido el sello distintivo de este gobierno.
2) Todo comenzó con el gran montaje policiaco-mediático en contra de los hermanos Cerezo (si se apellidan así o no, es lo de menos). Hostigamiento a familiares y amigos, siembra de pruebas, cargos inverosímiles por terrorismo y posesión de armas de uso exclusivo del ejército; tales fueron las contundentes pruebas en contra de estos chivos expiatorios (hijos de militantes del EPR, más un vecino). Cosa curiosa que teniendo semejante arsenal, los émulos de Osama se conformaran con reventar un par de cohetes en un cajero automático.
3) Luego vino el asesinato del activista universitario Pável Gonzáles. Pese a los signos inequívocos de tortura hallados en el cadáver, el caso hasta hoy día permanece sin esclarecer.
4) La represión en contra de activistas “globalifóbicos” en Guadalajara comenzó a dejar en claro cuál sería el tenor del resto del sexenio: violación sistemática de los derechos humanos; democrático tolete (y posteriormente bala) para los disidentes.
5) Lázaro Cárdenas-Michoacán, constituyó el reconocimiento sin ambigüedades, de que la represión no se limitaría a la macana y los gases lacrimógenos; como en tiempos de Don Porfirio, la fuerza letal del Estado comenzó a ser empleada sistematicamente como medio para aplastar los movimientos sociales.
6) Atenco fue la consecuencia natural de la política criminal asumida por el gobierno foxista. Fue un ajuste de cuentas con un movimiento popular que a principios del sexenio, había puesto un freno a las ambiciones e imposiciones de los dueños del dinero. También fue la confirmación de que a nivel mediático, las cosas no han cambiado en nada desde los tiempos de 24 hrs. Los mass media fueron cómplices activos de la represión gubernamental.
7) La represión en Oaxaca, más allá de ser la continuación de las políticas de Estado iniciadas con los hermanos Cerezo (Cancún y Monterrey fueron sólo probaditas de lo que se avecinaba), constituye el complemento de un mensaje iniciado con el fraude electoral (por favor, no me atribuyan aquí un apoyo a AMLO): en este país no hay lugar para la politiquerías pequeñoburguesas. Ni a nivel electoral, ni a nivel de resistencia popular. Muchos llevamos años advirtiendo sobre ello, otros apenas ahora comienzan a intuirlo. Por más que se insita, los dueños del balón jamás han pensado en prestarlo, ni en dejar que nosotros nos hagamos de uno. Y todo mundo sabe qué hacer con los abusones.

Friday, October 27, 2006



Salvo su mejor opinión, el mejor video de la Reina. Un hibrido entre la joven vampiresa de principios de los 90's y la señora colmilluda de hoy...

Buen fin de semana pa' tod@s .

Salud!!!

Monday, October 23, 2006

MARAVILLAS Y MISERIAS

Me cuesta trabajo reconocerme. No sé lo que digo, ni lo que hago y lo peor es que no creo poder detenerme. No sé ni por qué continúo con esto, no sé nada.

Shit.

* * *
Para Buca.


Temprano, con cara de sueño y desnuda te levantas.
Haces a un lado las sábanas y posas los pies desnudos
sobre la duela. Dejas un hueco tibio y aromático en el lecho:
CK One, si no mal recuerdo.

Hay poca luz, apenas amanece.
Debo hacer un gran esfuerzo para distinguir los detalles
que me trastornan. Recoges tu falda con un movimiento
inocente y obsceno;
el cabello se te va sobre el rostro. Tendido y maravillado,
me regodeo intuyendo las profundidades de tu grupa:
esto es fantástico.
Estiro un poco mi brazo, pero me contengo antes de tocarte.

Eres muy joven y eso me gusta. Suena raro que yo lo diga,
pues tampoco soy un viejo. Es sólo que hay algo
que tiembla en el mundo cuando te ríes,
un algo que frena el tiempo cuando miras por la ventana del carro
y me dice que tu y yo estamos separados, en principio, por los años.
Es un escalofrío que se apodera de mí cuando bailas
(la sangre sabrosa de quién sabe qué madre,
en la penumbra del antro);
un tigre sin rayas que me espera paciente, oculto entre tus piernas.

Pero no te amo.

No quiero ser arrogante, preciosa,
pero tampoco me sorprende que estés conmigo:
entiendo lo que buscas en este momento y
lo que obtienes a mi lado.
Cuando te vayas tampoco haré un drama;
suficientes veces he vivido esto,
como para creer saber de lo que hablo.

En tanto, disfruto del ímpetu de tus años;
pongo mi mano sobre tu vientre cuando vuelves del baño,
te muerdo la oreja, aspiro tu aroma
y juntos dormimos de nuevo, hasta el mediodía.

Friday, October 13, 2006

EL MUNDO ES UNA TETA III (y último).

El lenguaje científico suele ser un tanto castrante. Fiel a su concepción realista del mundo (a menudo un realismo light), el científico propone definiciones del mundo bastante útiles para la comunicación y la realización de predicciones, pero bastante más restrictivas que las que se acostumbran en el habla coloquial (bueno, más o menos coloquial).

Para el Almirante Colón, el mundo es una teta, en cuya cúspide reside el paraíso terrenal; obvio, Cristobalito se vale de una metáfora hermosísima para describir las maravillas y prodigios que enfrenta un hombre al tomar conocimiento de un Nuevo Mundo (aunque el creyese que se trataban partes inexploradas de las Indias Orientales). Uno podría imaginar inclusive, que la aureola del pezón es el resplandor que confirma el carácter paradisíaco de la cumbre del mundo; fieles a esta interpretación poético-cartográfica de las nuevas tierras dadas a conocer por el Almirante, la redondez imperfecta de una teta se ajusta bastante bien a la descripción de la Tierra que nos enseñaron en la escuela primaria (¿se acuerdan?): la tierra es un cuerpo de forma esférica, ligeramente achatado en sus polos. Las tetas que a uno le vienen a la cabeza cuando lee al genovés en la letra de Galeano, son por supuesto unas tetas magníficas: tetas redonditas, firmes, tersas aún cuando de repente por efecto del clima o la emoción, la piel de estas "se enchine" o se ponga como "piel de gallina". Naturalmente, existe variedad inter-tetal; en esa variedad es posible reconocer la riqueza de rostros que nos ofrece el mundo (y por extensión, el universo). También existen límites para la metáfora, es imposible pensar en un paisaje hermoso al ver las deformidades pseudomamarias de Sabrina o de alguna actriz de película porno-extremo: a mí por lo menos, me asalta más la imagen de algún caso extremo de oncología o de una estrella agonizando, que la de una suave duna, una selva llena de color o una montaña inquietante en su redondez. El límite de la metáfora está hacia arriba en este caso, pues no sucede lo mismo al ver una teta pequeña y bien formada, o incluso una pobre teta arruinada: también en la frugalidad o el desastre podemos imaginar aspectos del mundo, en ocasiones más inquietantes que placenteros.

Para Aristóteles, campeón del pensamiento lógico, la perfección tiene la forma de una esfera; partidario de la mesura, seguramente el filósofo reconocería un gradiente de perfercción que iría de la esfericidad a lo amorfo. Los astrónomos, hasta hace bien poco, adoptaban también una posición flexible en sus clasificaciones, si bien el punto de referencia para definir un planeta era la tierra y sus voluptuosidades, reconocían la diversidad de la naturaleza en su clasificación planetaria: lo mismo eran planetas la firme y más o menos redonda Tierra, Marte ligeramente ahuevado, los fríos Urano y Neptuno, los aguaditos Venus, Júpiter y Saturno (ambos casi sabrinescos) y los diminutos Mercurio y Plutón, este último una teta poco esférica y nada tersa. Pero el lenguaje científico ha hecho nuevamente de las suyas y ha desechado a Plutón de la lista; incapaz de ver en su pequeñez e imperfección un modelo para definir lo que es un planeta, lo ha marginado a la despectiva categoría de planeta enano o transneptuniano. ¿El pretexto? No es lo suficientemente redondo, tiene una órbita excéntrica y no ha “limpiado” trayectoria. En su afán de sistematizar, han optado por lo ideal en vez de lo real; por la descripción económica en vez del despilfarro verbal con el cual intentamos nombrar al mundo.

Allá ellos y su discurso. Yo seguiré pensando en el pobrecito Plutón como una teta a la cual se mira y se niega con malestar; nomás porque rompe con la caprichosa visión de un universo que a güevo se ha de ajustar a una idea que oscila entre el Cratilo y Vogue. Ya sé que mi argumento está bien forzado, pero es que me gana el afecto por mis libros de la primaria.


La imágen se las debo, Blogger conspira otra vez en mi contra.

:p

Sunday, October 01, 2006

EL MUNDO ES UNA TETA II



1498
Santo Domingo

El Paraíso Terrenal

Al atardecer, a orillas del río Ozama, Cristóbal Colón escribe una carta. Le cruje el cuerpo, atormentado por el reuma, pero le brinca de gozo el corazón. El descubridor explica a los Reyes Católicos lo que se muestra evidentísimo: el Paraíso Terrenal está en el pezón de una teta de mujer.

Él lo supo hace un par de meses, cuando sus carabelas entraron en el golfo de Paría. Ya van los navíos alzándose hacia el cielo suavemente... Navegando aguas arriba, hacia donde no pesa el aire, Colón ha llegado al límite último del Oriente. En esas tierras las más hermosas del mundo, los hombres muestran astucia, ingenio y valentía y las mujeres, bellísimas, llevan por todo vestido sus largos cabellos y collares de muchas perlas enroscados al cuerpo. El agua, dulce y clara, despierta la sed. No castiga el invierno ni quema el verano; y la brisa acaricia lo que toca. Los árboles brindan fresca sombra y, al alcance de la mano, frutas de gran deleite que llaman al hambre.

Pero más allá de esta verdura y esta hermosura, no hay navío que pueda subir. Ésa es la frontera del oriente. Allí se acaban las aguas, las tierras y las islas. Muy arriba, muy lejos, el Árbol de la Vida despliega su vasta copa y brota la fuente de los cuatro ríos sagrados. Uno de ellos es el Orinoco, que no creo que se sepa en el mundo de río tan grande y tan fondo.

El mundo no es redondo. El mundo es una teta de mujer. El pezón nace en el golfo de Paria y asciende hasta muy cerca de cielo. A la punta, donde fluyen los jugos del Paraíso, ningún hombre llegará jamás.

Eduardo Galeano, Memoria del fuego I. Los nacimientos.