¡Cómo han cambiado las cosas en este México! La democracia, la libertad de expresión, el fin de la pobreza, el estado de derecho y el descubrimiento del siglo: LA NUEVA CULTURA LABORAL. Si, si, se acabó la lucha de clases. Patrones y trabajadores de la mano, a construir un país moderno y lleno de bienestar. ¿Para quién?
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El cambio comenzó en el 68. Si, si. El 68 hizo posible nuestro acceso a la democracia, nuestra libertad para manifestarnos (con un empujoncito del 71), la posibilidad de que hoy día la izquierda moderna pueda sentarse en la tribuna legislativa, ser gobierno y aspirar a más. Los reprimidos de ayer son los legisladores de hoy. Los que ha hecho posible el cambio. Fue una larga lucha y exigió sacrificios incuantificables: el halconazo, la guerra sucia y los estragos del ejército y la policía política, los muertos del sexenio del innombrable, el levantamiento chiapaneco, Acteal y Aguas Blancas. Duras jornadas de dignidad: las luchas de los pequeños sindicatos, las huelgas universitarias, la clausura y la fundación de periódicos y revistas, la voluntad popular defraudada en el 88. Pero poco a poco el país fue cambiando. Los paladines de la justicia abandonaron las armas, las huelgas y la retórica hueca y se volvieron pragmáticos. Infiltraron al estado y lo modificaron, luego se hicieron gobierno. Entonces el panorama cambió, los tiranos de ayer reconocieron que las cosas no podían seguir igual y cambiaron el rumbo. Renunciaron a sus prácticas sanguinarias, a su ambición de poder y riqueza y su corazón generoso se puso al servicio de una nueva causa: un país moderno y democrático. El país de los antagonismos desapareció ante el empuje de la razón y cedió su lugar al diálogo y al acuerdo.
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Pero nunca faltan los necios que piensan que las cosas van mal, que no hay nada nuevo bajo el sol, que la maquinaria no marcha porque está mal desde su diseño. Son los que se niegan a votar, a aceptar las maravillas conseguidas con tanto esfuerzo, a ser trabajadores bajo contrato temporal, a aceptar la lógica de los winners y los losers, a ver el lado lindo del mundo y aceptar que es el mejor de los mundos posibles. O que el mundo siempre ha sido, es y será así, ya ni modo. Los locos, los feos, los amarguetas, los ingenuos.
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De repente el tiempo hace jugarretas y parece negar la evidencia del progreso. Inventa espejismos que insinúan ciclicidades y le guiñe un ojo a los apestados. Son jugarretas violentas, dolorosas, criminales. Espejismos llenos de represión, de sangre, de desigualdad, de brutalidad y corrupción.
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Ayer en Michoacán, el tiempo pareció volver atrás, desandar la senda victoriosa de la democracia y el Estado moderno. Como si aún hubiese lideres de sindicatos corruptos que se disputan las aportaciones de sus trabajadores. Como si aún hubiese imposiciones y cachiporrazos. Como si la represión y el crimen de estado aún estuviesen en su sitio. Como si la gente aún fuese carne de cañón de los poderosos. Como si no hubiesen pasado 40 años. Hubo quien aún vio más lejos y afirmó que el retroceso alcanzaba el espacio de un siglo. Quien vio a los guardianes de orden disparando, a petición de la empresa, contra trabajadores en huelga. Quien afirmó que Michoacán era Sonora. Quien temió la aparición de los rangers.
El colmo fue escuchar, silbando en el aire, la dura voz de Don Porfirio mientras decía: Mátenlos en caliente.
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2 comments:
Jé. Me hiciste recordar cuando era yo toda una burócrata, me mandaron al cursillo ese de LA NUEVA CULTURA LABORAL, está de más decir que casi vomito, cuando regresé a la oficina a decirles a todos de que se había tratado casi me linchan y eso que yo nomás les dije ese rollo de igualdad y respeto y eso de los valiosísimos recursos humanos, no vuelvo a ser vocera de nadien (sic), si NUEVA CULTURA LABORAL mis calzones.
Stellaerrans: Eso de la nueva cultura laboral (y lo de la disminución de la pobreza) es querer cambiar la realidad por decreto (al menos hacer que aceptemos la proclama).
Saludos.
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