Uno de mis selectos (y yo creía ya extraviado) conocidos, se apareció de la nada y me compartió este texto que me recuerda mis energéticos días de militancia. Como siempre me han gustado los escritos incómodos, lo posteo y espero las mentadas que con gusto remitiré al autor, si es que no se hace ojo de hormiga otros tres años. Va pues.
P.d. Creo que el texto ya apareció por otro lado. Sólo espero que el freak en cuestión no le haya puesto copyright y me demande luego por andar posteando con sombrero arrebatado. ; )
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SOBRE LA CONTIENDA ELECTORAL EN MÉXICO
Por Obx.
En diversos dominios de la red han comenzado las referencias a una carta escrita por los intelectuales de la izquierda funcional y a una editorial del periódico mexicano La Jornada. En ambos escritos se hace una condena, más o menos severa, de los plantones ordenados por el candidato de la izquierda a la presidencia de México, el pasado domingo. Esta mañana, durante la emisión de cada uno de los cuatro espacios de adoctrinamiento masivo (i.e. noticiarios) que oferta la televisión abierta, los airados representantes de al menos tres distintas organizaciones empresariales hicieron su propia condena a los bloqueos. Adicionalmente, el payaso que sustituye al ex-payaso-conductor-de-noticiario (otra vez i.e. Victor Trujillo) se desgañitaba pidiendo el uso de la fuerza pública. Ante tan sorprendente coincidencia (es ironía, por supuesto), me decidí a escribir esto. Si los distinguidos representantes de estas tres fuerzas se unen, es que hay algo interesante en el asunto.
No quisiera unirme a las críticas por el cierre de las vialidades ordenado por AMLO. Sin embargo, he venido haciendo algo muy parecido desde el domingo por la tarde cada vez que tengo la oportunidad: criticar a AMLO y su corte, que no al bloqueo-campamento. No es que coincida con la COPARMEX o con el Monsi o Carlitos Payán, en que esto constituye un atentado a los derechos de la ciudadanía o un agravio en contra de la Ciudad de México. ¿Se sentirá muy ofendida la ciudad? No me interesa. Lo que me parece destacable de todo esto y que en todo caso es lo que yo celebro, es la pequeña bofetada que durante estos dos días de bloqueo se ha llevado el sector empresarial. No porque piense que el tibio y nada espontáneo bloqueo vaya a ocasionar la ruina de los poderosos jeques después de sólo un par de días de pérdidas, sino porque sé que para esa selecta colección de parásitos, perder un peso por motivos no contemplados por sus asesores financieros los hace cagarse de coraje. De manera contraria a lo que opina el triunvirato Intelectuales-La Jornada-Empresarios, no creo que el bloqueo sea un atentado en contra de la ciudad, las clases populares o la libertad de los ciudadanos. Las clases populares viajan en transporte público y pueden llegar a Reforma y al Centro por diversas vías. Los que realmente se ven afectados son aquellos que forzosamente tienen que llegar a sus centros de trabajo sobre el Paseo de la Reforma y no saben emplear otro medio de transporte que sus autos de lujo. La pequeña burguesía sabe adaptarse a todo, incluyendo dejar el automóvil en casa. La libertad de los ciudadanos tampoco se ve afectada porque no existe. Su libertad es la libertad del mercado: compra Coca o Pepsi. Ni siquiera su libertad de tránsito, que consiste en poder desplazarse del Starbucks al Cinemark. Critico la doble moral de la “izquierda” funcional y sus aliados, que hoy apoyan lo que en su momento condenaron e incluso, atacaron con furia. ¿Olvidamos ya que fueron los gobiernos perredistas de Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles los que en su oportunidad reprimieron duramente las manifestaciones que bloquearon por unos minutos (si, por unos minutos, no por dos días) el periférico o el Paseo de la Reforma? ¿Olvidamos que fue el gran aliado de AMLO, el rector Juan Ramón de la Fuente, el que tomó posesión de sus oficinas apoyado por la paramilitar Policía Federal, desalojando y mandando a la cárcel a los bárbaros que se habían apoderado de la sacrosanta universidad para poner un freno a la represión y la mercantilización al interior de la misma? ¿Olvidamos que durante una protesta (de Greenpeace creo) en el Ángel de la Independencia, el comandante Gabriel Regino (subjefe por aquellos días de la jauría policiaca) recibió instrucciones de AMLO y su secretario de seguridad pública, Marcelo Ebrad, para desalojar a como diera lugar a los manifestantes? ¿Olvidamos que fue el amarillísimo gobierno de izquierda el que mandó traer a Rudolf Giuliani para aplicar la Tolerancia Cero en la Ciudad de México? He ahí lo condenable. A mi me importa un coño que la sucesión presidencial sea armónica y tersa, como andan promoviéndolo los editorialistas de La Jornada. ¡Que por lo menos algo se le complique al nuevo títere de los grandes capitales! Muchos argumentarán que los que van a pagar los costos son los ciudadanos si esto se sale de control. Los oprimidos llevan siglos pagando de una u otra forma los costos de todo. ¿Qué más da? La posibilidades de una situación como esta valen la pena.
Lo más seguro es que como siempre no pase nada. Sea cual sea el fallo del tribunal todos acabaran negociando su futuro político. Este movimiento adolece de espontaneidad y autonomía, está prácticamente muerto, como lo comprueban los solitarios “campamentos de resistencia.” Pero donde las masas se mueven se mueven las pasiones y donde hay pasiones merodea siempre lo impredecible. En la agitación social, la tensión crece, la polarización aumenta, las contradicciones del sistema comienzan a escaparse de las profundidades en las que han sido ocultadas. Aunque como Ricardo Flores Magón, también yo soy enemigo de las masas, coincido con una de las tesis fundamentales del camarada A. M. Bonanno con respecto a que la indignación contenida en los movimientos populares, puede elevar las tensiones al máximo y desencadenar los cambios sociales.
Alguien ha escrito en algún lugar, una intuición improbable y a la vez alentadora: a los líderes del movimiento “el poder se les va a salir (tarde o temprano) de las manos.” La teoría y la experiencia señalan que, dentro de todo movimiento reformista, existen militantes sinceros (llamados también bases) que desean algo más que un simple cambio de capataces. De esa izquierda depende que esos movimientos escapen de las manos a sus dirigentes y tomen un cauce libertario.
Por Obx.
En diversos dominios de la red han comenzado las referencias a una carta escrita por los intelectuales de la izquierda funcional y a una editorial del periódico mexicano La Jornada. En ambos escritos se hace una condena, más o menos severa, de los plantones ordenados por el candidato de la izquierda a la presidencia de México, el pasado domingo. Esta mañana, durante la emisión de cada uno de los cuatro espacios de adoctrinamiento masivo (i.e. noticiarios) que oferta la televisión abierta, los airados representantes de al menos tres distintas organizaciones empresariales hicieron su propia condena a los bloqueos. Adicionalmente, el payaso que sustituye al ex-payaso-conductor-de-noticiario (otra vez i.e. Victor Trujillo) se desgañitaba pidiendo el uso de la fuerza pública. Ante tan sorprendente coincidencia (es ironía, por supuesto), me decidí a escribir esto. Si los distinguidos representantes de estas tres fuerzas se unen, es que hay algo interesante en el asunto.
No quisiera unirme a las críticas por el cierre de las vialidades ordenado por AMLO. Sin embargo, he venido haciendo algo muy parecido desde el domingo por la tarde cada vez que tengo la oportunidad: criticar a AMLO y su corte, que no al bloqueo-campamento. No es que coincida con la COPARMEX o con el Monsi o Carlitos Payán, en que esto constituye un atentado a los derechos de la ciudadanía o un agravio en contra de la Ciudad de México. ¿Se sentirá muy ofendida la ciudad? No me interesa. Lo que me parece destacable de todo esto y que en todo caso es lo que yo celebro, es la pequeña bofetada que durante estos dos días de bloqueo se ha llevado el sector empresarial. No porque piense que el tibio y nada espontáneo bloqueo vaya a ocasionar la ruina de los poderosos jeques después de sólo un par de días de pérdidas, sino porque sé que para esa selecta colección de parásitos, perder un peso por motivos no contemplados por sus asesores financieros los hace cagarse de coraje. De manera contraria a lo que opina el triunvirato Intelectuales-La Jornada-Empresarios, no creo que el bloqueo sea un atentado en contra de la ciudad, las clases populares o la libertad de los ciudadanos. Las clases populares viajan en transporte público y pueden llegar a Reforma y al Centro por diversas vías. Los que realmente se ven afectados son aquellos que forzosamente tienen que llegar a sus centros de trabajo sobre el Paseo de la Reforma y no saben emplear otro medio de transporte que sus autos de lujo. La pequeña burguesía sabe adaptarse a todo, incluyendo dejar el automóvil en casa. La libertad de los ciudadanos tampoco se ve afectada porque no existe. Su libertad es la libertad del mercado: compra Coca o Pepsi. Ni siquiera su libertad de tránsito, que consiste en poder desplazarse del Starbucks al Cinemark. Critico la doble moral de la “izquierda” funcional y sus aliados, que hoy apoyan lo que en su momento condenaron e incluso, atacaron con furia. ¿Olvidamos ya que fueron los gobiernos perredistas de Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles los que en su oportunidad reprimieron duramente las manifestaciones que bloquearon por unos minutos (si, por unos minutos, no por dos días) el periférico o el Paseo de la Reforma? ¿Olvidamos que fue el gran aliado de AMLO, el rector Juan Ramón de la Fuente, el que tomó posesión de sus oficinas apoyado por la paramilitar Policía Federal, desalojando y mandando a la cárcel a los bárbaros que se habían apoderado de la sacrosanta universidad para poner un freno a la represión y la mercantilización al interior de la misma? ¿Olvidamos que durante una protesta (de Greenpeace creo) en el Ángel de la Independencia, el comandante Gabriel Regino (subjefe por aquellos días de la jauría policiaca) recibió instrucciones de AMLO y su secretario de seguridad pública, Marcelo Ebrad, para desalojar a como diera lugar a los manifestantes? ¿Olvidamos que fue el amarillísimo gobierno de izquierda el que mandó traer a Rudolf Giuliani para aplicar la Tolerancia Cero en la Ciudad de México? He ahí lo condenable. A mi me importa un coño que la sucesión presidencial sea armónica y tersa, como andan promoviéndolo los editorialistas de La Jornada. ¡Que por lo menos algo se le complique al nuevo títere de los grandes capitales! Muchos argumentarán que los que van a pagar los costos son los ciudadanos si esto se sale de control. Los oprimidos llevan siglos pagando de una u otra forma los costos de todo. ¿Qué más da? La posibilidades de una situación como esta valen la pena.
Lo más seguro es que como siempre no pase nada. Sea cual sea el fallo del tribunal todos acabaran negociando su futuro político. Este movimiento adolece de espontaneidad y autonomía, está prácticamente muerto, como lo comprueban los solitarios “campamentos de resistencia.” Pero donde las masas se mueven se mueven las pasiones y donde hay pasiones merodea siempre lo impredecible. En la agitación social, la tensión crece, la polarización aumenta, las contradicciones del sistema comienzan a escaparse de las profundidades en las que han sido ocultadas. Aunque como Ricardo Flores Magón, también yo soy enemigo de las masas, coincido con una de las tesis fundamentales del camarada A. M. Bonanno con respecto a que la indignación contenida en los movimientos populares, puede elevar las tensiones al máximo y desencadenar los cambios sociales.
Alguien ha escrito en algún lugar, una intuición improbable y a la vez alentadora: a los líderes del movimiento “el poder se les va a salir (tarde o temprano) de las manos.” La teoría y la experiencia señalan que, dentro de todo movimiento reformista, existen militantes sinceros (llamados también bases) que desean algo más que un simple cambio de capataces. De esa izquierda depende que esos movimientos escapen de las manos a sus dirigentes y tomen un cauce libertario.
8 comments:
Y como siempre, me alegro de entrar a renovar el espíritu en este lugar.
Me gustó el escrito que subiste hoy. Rejuvenece tanta rebeldía.
un abrazo
Siempre sos bienvenido por acá, mi querido Luis David. Ya ves, ando postiando escritos ajenos (pero no tanto). Ya pronto subo algo mío.
Abrazo.
chale, no sé si es mi imaginacion o en realidad estamos cayendo en un periodo como de no-escribir
?
Cosas han pasado.. pero como que no fluye el asunto...
en fin, te mando besho y aká seguimos.
ath
mmmmm
mi querido ícaro,
no sé si lo conoces pero 'elecciones 2006' es [según yo] de los blogs más fríos e inteligentes que hay sobre el asunto. la dirección: http://www.eleccionesmexico2006.blogspot.com/
un abrazo
ps. si pasas por antrobiótica, ya puedes dejar comments.
Pus sip, Athewita, pero prometo para el lunes a más tardar subir algo (igual y hoy, pero no me comprometo). Será que tantas cosas que pasan, se acumulan como el granizo y tapan el desagüe de la escribida?
Alónimo: no conozco el blog, pero orita voy a checarlo. También pasaré por la antrobiótica, para desintoxicarme un poco de tanto ambiente electoral.
Abrazo a amb@s querid@s.
Y sí, para mi resultó un petardo. Tuve que tomar Pepto Bismol durante y después de leerlo. Un conjunto de falacias que no me son del todo gratas.
Buena recomendación la de Alón. Por cierto, a mi me agrada la posición de Denise Dresser. El texto lo lees en mi blog o en el de Colibrí.
Saludos!!
Agruras, indigestión y/o diarrea... je, je. Yo tampoco concuerdo con la totalidad del texto, mi buen Serch, pero me pareció que valía la pena leerse. Sobre todo ante la cascada de análisis serios, sensatos e institucionales que son el cuerpo y la sangre de los medios.
Ya leí el texto de la Dresser, pero igual orita paso por tu blog a saludar.
Saludos.
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