Monday, June 05, 2006

ARREPENTIDO DEL ARREPENTIMIENTO

Insatisfacción y peor aún: autocensura. Vas en picada Icarito... Aquí está, de todos modos. Abrazos a tod@s .

* * *
Hay mucha ambivalencia en esta vida y yo no soy la excepción. Otra vez las vanguardias, por ejemplo. Puedo criticarlas con furia y enemistarme con ellas, pero en el fondo me agrada su trato. Atacar su arrogancia y su afán de dirección, representa mi tibio intento de exorcizar los demonios de mi arrogancia y mi carácter autoritario. Soy un péndulo. Las oportunidades abundan: el amor, la familia, la ciencia, el arte, Paz, el feminismo, Foucault, la libertad. ¡Ahhhh! Oscilar es una condena, pero al menos me deja con algo para pasar los ratos de ocio. Y también ofrece algunas experiencias interesantes. Recuerdo algo que me sucedió en la universidad. Por aquellos días decidí que debía haber otras cosas en la vida, además de tratar de cambiar el mundo. Estaba instalado cómodamente en mi cubículo estudiantil, entregado a joder un poco a uno de los extraños personajes que ahí anidábamos, cuando entra un poema de mujer, camarada de la n-ésima Internacional. Desde el primer momento le puse la mirada en el trasero duro y redondo, mientras ella se disparaba a hablar de “la-necesidad-de-la-unión-entre-obreros-y-estudiantes-en-el-contexto-de-una-lucha-que-permita-extender-la-gloriosa-revolución-del-proletariado-bla-bla-bla...” Supongo que era, de algún modo, un asunto más interesante de lo que podía apreciar, porque mis compañeras la escuchaban con atención. Yo me dedicaba a evaluarle el tatuaje que llevaba al final de la espalda: ¿Qué cojones tenía que ver Trotsky con esa serpiente prehispánica? La dialéctica, supongo. Total que en una de esas me pilla viéndole las nalgas y bueno: diez mil loros se me vinieron encima… Que por eso no podíamos avanzar. Que si me creía que ella sólo servía para coger o qué mierda. Que si ese era el tipo de trabajo que desarrollábamos. En fin, no sé que más dijo, porque después del impacto inicial me quedé tieso al ver cómo se le marcaban los pezones bajo su playera negra… ¡Carajo, con lo fogoso que andaba por aquellos días! Total que me volteo pensando que ahí va a parar todo, pero ella se sigue. – A ver, compañero – me dice, – ¿Qué tienes que decir? ¿Qué crees que diría Trotsky ante esta actitud de machito burgués? ¿Crees que entre camaradas podemos tratarnos de esta manera? – Alzo la vista, le ofrezco mi mejor sonrisa y maquino una estratagema para entrarle por algún lado e invitarle una chela. Pero veo a mis compañeras con las caras más largas de este mundo, siguiendo atentísimas el sermón de la internacionalista y mirándome con ojos fulminantes. Todavía intento suavizar las cosas y le digo que no soy trotskista, pero que le invito una cerveza y podemos seguir discutiendo de la mujer y de otras cosas. ¡Uffff! Explota y comienza a llamarme macho-de-mierda-por-borrachos-como-tú-la-gente-no-nos-toma-en-serio-bla-bla-bla… Se me agota la paciencia y comenzamos a discutir. Que si jamás había leído un discurso de Trotsky hablando de feminismo. Que si el viejo era un asesino. Que quién había abandonado Barcelona a las garras de Franco. Que si los trotskistas jamás habían asumido los hechos de Kronstand. Que si me gustaba vender utopías. Que… bueno. Termino perdiendo la calma, sin poder exponer con claridad mis ideas y, en lo que trato de poner orden en mi cabeza, ella se declara triunfadora y se larga muy ufana, dejándome con un palmo de narices y tratando de explicarle a mis compañeras que yo no había estado nunca en Barcelona y que tampoco creía que fueran muñequitas para mis ratos de calentura. En ese entonces yo aún me tomaba muy en serio algunas cosas. Con el tiempo comprendí que era un verdadero pesado y que en todo caso yo sólo podía hacer mi parte, sin tratar de vender el evangelio y esperar que los demás siguiesen mi prédica. Sigo siendo un pesado y me tomo en serio cosas peores (a mí por ejemplo), pero ya no voy por ahí predicando. El sexo con cierta persona me ayudó mucho. El resto fue el desencanto. Pasar de la burbuja de cristal de la teoría y mi escuelita, a las demandas prácticas de todos los días. Fue como dejar caer un huevo desde la azotea de un rascacielos.

Una semana después me encontré a la chica fumando mota con unos amigos, allá en el chopo. Me senté junto a ella, le ofrecí de mi chela y ella aceptó. Charlamos. Charlamos mucho. Jamás me ha vuelto a suceder algo así. Me invitó a su casa, así que nos fuimos en metro desde Guerrero hasta Zapata. Vivía en la colonia del Valle. Su padre era doctor en sociología por Harvard y viajaba todo el tiempo. Su madre vivía en Italia, pero no sabía de ella desde hacía más de cinco años. Cogimos delicioso durante toda la semana siguiente y una mañana, me pidió que me fuera con ella a Guerrero. No se trataba de ir a turistear, por supuesto. Fue la última vez que la vi. Estaba muy a la vanguardia para mí, en ese momento.

22 comments:

Anonymous said...

Qué quieres decir Ícaro... Acaso en estos momentos de tu vida si estas listo para irte a Guerrero o a donde una mujer banguardista te dijera... Va, sí que sos un pusilánime, y no sólo con las chicas, hasta con la vida.

Anonymous said...

No sé Ozhomatli, las circunstancias de vida cambian rápido y la gente poco. Admiro mucho a las personas que son consecuentes y procuro serlo; tal vez con poco éxito. No sé si sugieras que hay que tomar todo lo que se te presenta. En todo caso, me quedo pensando lo que has dicho.

Anonymous said...

Eso te pasa por juntarte con pseudo-intelectuales de izquierda, esa gente nunca va a traer nada bueno y menos si además son feministas (ñe!!) ... no saben nada de la explotación sensorial jajaja

Anonymous said...

Mmm... La ortografía no se me da mucho y quiero pedir disculpas por mi fatal Vanguardismo, pues debería de ir con una enorme "V". Mi consuelo es que la idea fue captada sin censura.

Anonymous said...

La Princesa tiene toda la razón: Primero se las da de muy-muy, pero termino muriendo como el pez. Y sobre la explotación de los sentidos, "ni hablar, la Princesa trae puñal", eso es algo totalmente natural.

Anonymous said...

Princesa: ¿Explotación sensorial? Es algo que padecen los animalitos más primitivos, ¿no? Una amiga, pseudo-intelectual de derecha dirias tú, me ha platicado algo al respecto.

Ozhomatli: aunque no comparta ideas, ni opiniones, no acostumbro ejercer la censura (salvo la propia).

Anonymous said...

Buena la experiencia.

Es un verdadero relajo armonizar la calentura con la ideología. Pero, al fin ella lo hizo... jeje

Además, la vista de un buen trasero y dos buenos pesones, bien valen la regañada en público.

saludos

Anonymous said...

Luis David: las convicciones son kamikazes que no discriminan sus blancos. Lo de las regañadas es costumbre en esto de los blogs o afuera de la matrix, así que hay que apechugar, supongo.

Un abrazo amigo.

Anonymous said...

Bueno, delimito, las convicciones de algunas personas en algunos momentos de sus vidas. ;)

Anonymous said...

convicciones?, mi unica conviccion es no tener convicciones.

Anonymous said...

Hummmm.... la paradoja de Epiménides!!!

Saludos Vicadín.

Anonymous said...

Lo peor de las mujeres vanguardistas (o el peor problema en que estan metidas) es que , como a todas nos pasa aunque en nuestros peores ratos de feminismo lo neguemos, les gusta que les vean las nalgas, pero como ya se hicieron su buena reputacion de feninistas-vanguardistas-intelectuales y no se que mas, pues se tienen que indignar al momento de que algun hombre las ve lujuriosamente (o simplemente las ve) y despues como le hacen¿?????? si de todas maneras se quieren cojer al chavo????? pero ya le pusieron una regañada de aquellas?????? pues nimodo, la contradiccion ideologica bien vale la pena por una semanita asi....


oye... me fascino el poema que me mandaste, y me parece perfecto para feminicidios, hoy lo publico y te mando la invitacion formal para que te unas a caligramas que seria un honor tener tus letras por allá, ahi luego le buscas entre tus escritos y mis imagenes a ver que cuadra y lo publicas cuando quieras.....
besos querido


san

Anonymous said...

Sandra: el honor (inmerecido) lo constituye para mí tu invitación.

Gracias y besos también.

Anonymous said...

Caligramas

Anonymous said...

jojo.. no pues de que tienes suerte.. caray!... encontrartela en-el-chopo-una-semana-despueés!.. wow!

jaja... y pues sí.... el chiste es hacer bulla... acá, sentirte muy radicaaaaal y todo eso... aunque con unas chelas salen los verdaderos "yo" de las personas...

(No beber más, no beber más)


(bueno.. si, mejor sí)

Salúúúúú!

Anonymous said...

¿Escribí pesones?

¿Estábamos hablando de dinero?

¡Carajo! Ya me perdí.

Y tan caliente que se estaba poniendo esto.

pesones... ¡Joder!

Anonymous said...

Pues sí, las chelas siempre alivianan. La verdad es que me parece que, el verdadero Yo que salió a relucir, fue ante la propuesta de ser consecuente con el discurso.


Pesones. Parecen una versión suavecita de los pezones (como que la z es más fuerte, afilada); igual y menos cachondón, pero más íntimo.

Anonymous said...

a mí más bien me parece como un definitivo adiós...
Es raro, y sí, ya sé que todos tenemos errores etc etc, pero a mí me pasa algo bien raro... me he desenamorado por la escritura de una persona...

me paso, no?

Anonymous said...

Athewita: No sabes cómo me aterra escuchar eso de los adioses definitivos; me recuerda pasajes amargos. En fin, así es la vida.

Besos.

Anonymous said...

Que clavados; aquí las cosas estan en otro nivel.

Anonymous said...

naaah... lo que pasa e sque todos tenemos nuestras manías y cosas incomprensibles hasta para nosotros... sí: todos tenemos algo de psicópata.
molts petons.

Petite ♥ Jolie said...

Quiero seguir tu blog pero no sta la opcion :(.. me agrado!